Me despido del año de la forma más emocionante para mi, escribiendo. Han sido 365 días de locura. Momentos en los que las lágrimas eran mis mejores amigos y la ira y el coraje mi mayor fuerza para seguir. Un año donde el amor me llenaba de felicidad y era mi pilar más fuerte para vivir. Que el amor existe cuando hay dos personas que se quieren y luchan a pesar de las dificultades que les presenta la vida. Días de recuperación, de reponerme, de pedir ayuda y que sea recibida. Días de lucha contra una misma, contra el mundo. Días en que las noticias son devastadoras y te rompen en pedazos. Acabas demostrando que la niña pasota y débil es fuerte emocionalmente y madura aunque por dentro esconda su sensibilidad. Momentos donde abundaba la risa de los míos junto con la mía haciendo así una canción para mi corazón. Momentos de desesperación, de desconfianza, de frialdad y de sequedad por mi parte hacia los demás. Momentos en los que se hecha de menos a personas que hoy no están. Días en los