Hace días que ya no duermes bien. Que las noches son tan oscuras como tus pensamientos. Que tus ojeras crecen por segundos, y no te dejan. Que vivir se ha convertido en un sueño lleno de pesadillas, en el que quieres despertar creyendo que todo acabará. Pero..¿realmente acaba? Te despiertas cada día con la mínima esperanza de que será diferente, de que hoy sí, de que hoy te comerás el mundo y no él a ti. Pero.. te despiertas más cansada de lo normal, más rota, más confundida, y con menos vida. La rutina te come. Tú punto fuerte siempre ha sido la paciencia, todos lo saben. Tienes miedo, miedo a tanto que callas. Te asusta que esa paciencia acabe por completo en cuestión de segundos. Notas que todo cambiará si ella no está, si no eres lo suficientemente valiente para aguantar cada día, un poco más.. Pero--¿realmente es valiente alguien que aguanta llegando a su límite, a su propio límite? Deseas dormir, dormir tranquila, dormir que al levantarte nada te duela, nada te pese,