Nos aferramos a muchas ideas, pretextos, mentiras, palabras que se echaron a volar un día, momentos que no volverán, y recuerdos que nos encojen el alma por completo. Nos aferramos al pasado porque creemos que será la única manera de no soltarlo, de no olvidar lo, de no dejarlo atrás. Pensamos que así siempre estará con nosotros y que quizás volverá. Pero nos confundimos. Nos hacemos presos nosotros mismos de lo que queremos, de lo que anhelamos. Nada vuelve, al menos no con el mismo envoltorio o las mismas intenciones. Todo puede cambiar en un simple segundo y sin cerrar los ojos. Puedes estar en un nube feliz con esa persona que tanto quieres, que de pronto te has comido el suelo tu solo. Queremos retroceder en el tiempo para vivir todo aquello de nuevo creyendo que todo será igual, completamente igual pero no lo es, la intensidad ya es menos. De nada vale seguir atada a un pasado que no tiene solución, que en vez de vivir hace que te rompas en dos.. No queremos que esa persona vuel