Desde el primer segundo en el que te escuche, algo en mí reacciono. Me quede sorprendida, sobresaltada. Tú hubieras dicho que en pesca, como siempre dices que me pillas. Pero..realmente me quedo embobada observando cada peca de tu cara, cada mirada, cada pestaña, cada gesto, cada palabra que sueltan tus labios... Simplemente observándote. Que a veces me quedo callada, que se me olvida todo. Te contemplo hablar y entonces, el mundo comienza a brillar. Llamame loca una vez más que para esta vez si tendrás motivos. Apareciste de la nada, como algo que no se espera pero sí como algo que dentro de mí me estaba pidiendo a gritos. Como una señal del destino, como la mejor manera de la vida de decirme :"Salta, salta una vez más a la piscina, no tengas miedo de que esta esté vacía". Total, ya vacía me sentía yo. Nada podía perder que no hubiera perdido ya. Que no me hubiera perdido ya. Mis ojos tuvieron una dura batalla aquella noche de verano. Que entre tanta gente, música, copas, tu