Ir al contenido principal

Noche de estrellas, noche de lágrimas

Caminaba hacia la orilla a paso lento. Estaba igual, pero de preciosa. Quizás había crecido un cm o varios, quizás ya no te recuerde.. Ha pasado tanto tiempo. Piensas...Desde que decidiste desaparecer y por primera vez, ella no te buscó.
 No estaba sola. Él la seguía. Fueron juegos de niños. Risas por aquí. Un poco de agua por allá. No dudaron en abrazarse fuerte, tanto que les costaba despegarse. Una vez sentados, hablaban, de ellos. Se te paro el mundo cuando él la beso. Tú de espectador, al fondo, como si se tratase de una película. Ya no eras tú el protagonista. Te faltaban las roscas pero, te sobraban las ganas de llorar. Como cuando ves una comedia romántica. De esas que odias.
Él la hacía reír y tú parado. Parado como un idiota, viendo que otro esta a su lado. Te falto valor, o más bien sinceridad en su momento. Ahora que la ves feliz intentas volver. Quieres tener eso con ella. Echas de menos su escandalosa risa que tan nervioso te ponía. Esos detalles tan de ella, tan sorprendentes, tan mágicos. Se merecía el puto mundo, bueno, el universo, y tú le diste un enorme portazo en la cara. Destrozaste su corazón. Nunca te lo va a reprochar, lo sabes. Ella no es así. Pero te mueres de ganas de que lo haga, para poder tener una excusa para hablar. Despierta. No ocurrirá. Se acabó.
 Se acabaron los días de playa en los que ella te abrazaba por detrás sentados en la arena. Se acabaron las noches en vela hablando. Los celos tuyos que la hacían volverse loca, pero de impotencia. Tus dudas nunca tuvieron un valor real, no tenías razón y lo sabías. Pero seguías. No parabas.  Ya no serás tú el que le tape los ojos en las películas de miedo. No tendrá tu hombro para llorar. No compartiréis nada. Solo un simple pasado. Se acabaron las ganas de comer(se) y ver las estrellas. Las excusas para verse cinco minutos y el querer vivir juntos. De repartirse las tareas de casa, de tú cocinas hoy y ella limpia. De largos baños con besos. Te hacía creer en el amor. Sin embargo, los planes de futuro desaparecieron el día que ella decidió poner fin a tus idioteces. Tarde. Llegaste tarde cariño. Ella ha vuelto a volar. Y esta vez no gracias a ti, y mucho menos por ti. Vive por ella. Quisiste retroceder al pasado. Ella por un lado, presente y futuro, el pasado por la otra. Te quedaste solo. Te diste cuenta de que si es pasado por algo es. Que el pasado es un fantasma que desaparece cuando quieres volver a el. Nada será igual, y ella ya no te querrá. Comprendió que si no seguía se ahogaría esperando tu regresó.
Vuelves al presente, la ves corriendo por la playa mientras él la persigue, y recuerdas cuando ella corría por verte, por tenerte más cerca, por perderse en tu mirada. No te pedía nada. No te exigía quererla. Solo pretendía hacerte sonreír más. Parecía que se iba a romper ¿no?, para ti era una muñequita con la que jugar los días aburridos. Pensaste que necesitaba de ti para respirar, que te necesitaba para vivir, que le faltaba seguridad. Pero no, te demostró que no era tan inocente, que no era tan ingenua, que no era vulnerable y mucho menos, tan niña. Sacó coraje, aunque no tuviera ganas. Entonces, dejó de ir a esos sitios en los que sabía que te encontraría. De hablar con todo lo que les unía. Y de buscar respuestas en preguntas que no tienen solución. Te ponías límites para querer. Para quererla. "No busco nada", "ya sabes lo que opino"," no quiero hablar de ese tema". Por dentro, "te quiero a ti". Escondías tus sentimientos dentro de una caja fuerte de hierro y tiraste la llave al océano.
No lo niega. Tu partida significo perderse un tiempo, pero no será tan largo que el tuyo queriendo volver a sus brazos. Te volvía loco , tío. Nerviosa por todo, calmada contigo. Te llamaba a cualquier hora, reía, lloraba, gritaba, cantaba y te encantaba. Era ella misma, era diferente, era lo contrario a ti. Risueña, soñadora, confiada, sencilla y alegre. Tan bonita. Niña caprichosa. Niña pija. Niña "mía". Deseaba seguir perdida, tan decidida a encontrarte. Su sinceridad te sorprendía. Te hacía sentir y mira que hacía tiempo que te habían matado por dentro. Ella confiaba en ti. La dejaste caer. Tú huías. La tenías en la palma de la mano pensabas. Te lo creíste demasiado. Ella por ti hubiera dado más que todo, y nunca le parecía suficiente. Después de ti, aprendió que nada es bastante para alguien que no sabe lo que quiere. O que nada tendrá valor para alguien que empezó a huir. Paso meses sin ganas de nada. Solo quería dormir y para ella era una pesadilla verte por ahí con una, con otra y con otra. Ella moría por dentro, pero a ti te daba igual. Volvías cuando querías, te ibas cuando se ponían las cosas serias. Fue un túnel oscuro del que pensó que no saldría. Pero salió campeón. Y ahora, es feliz. Y tú, atormentándote. Si la buscas, no esperes encontrar el mismo lugar en su corazón.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Nuestra canción

Nos conocimos por casualidad hace años, supongo que el destino y tus ganas de hablarme dieron pie a este sentimiento. Han sido unos meses locos, de risas y enfados, pero sobre todo, risas. Supongo que coincidimos en tanto que a veces chocamos. Y no esta mal. No esta mal, porque siempre nos ganan las ganas. Ganas de conocer mundo con una cámara en la mano, ganas de descubrir hasta donde podemos llegar cada día y cada noche, de llamadas que no tienen fin y muchas canciones. Aunque, para canciones "la nuestra". Que bonita suena desde aquel día. Nuestros amigos seguirán intentando que todo vuelva a la "normalidad", tus amigos me preguntarán por que eres tan importante para mi y seguiré respondiendo de la misma manera, mis amigas dirán que no entienden nada y que todo se arreglará. Aunque, solo se arregla si dos quieren y aquí uno falla. Ahora ya nada es igual. Soy un desastre y tú un orgulloso. Aquella noche no perdí, perdimos los dos. Cada uno a su manera, cada uno c

Enséñame a querer

Ya no siento que me ahogo, siento que me pierdo. Que cada vez estoy más lejos de lo que quiero y de quién quiero. Los días pasan lentos, y los recuerdos y sueños retumban por dentro. Que el querer me da miedo. Que siempre hago un plan de escape para mis sentimientos. Que no quiero seguir sintiéndome sola, ya que me he acostumbrado a que eso es lo que merezco. Nunca antes había querido salir de esta jaula. Sin embargo, ahora no veo el momento exacto, pero no sé como hacerlo. Necesito ayuda, enséñame a confiar.