Ir al contenido principal

Muy mía

Se sentía tan completa por dentro. Es cierto que se rompió. El corazón digo. Se rompía en pedazos más pequeños cada vez que la decepción aumentaba. No lo niega. No quería saber nada. Era una lucha constante contra ella misma. No sabía que hacer. Y solo gritaba por dentro.
"Muy mía". Eso les dice. Que es muy suya. Al fin y al cabo es la verdad. Se auto guarda en una caja fuerte con el candado más resistente que hay. Así se cansan. Así se van. Así no la vuelven a decepcionar.
Ya no quiere más noches sin control. No quiere tonterías. Quizás no tenga claro que es lo que quiere en la vida pero sabe perfectamente lo que  no. Por eso va descartando. El problema es que en cada descarte su risa va perdiendo fuerza. Dice que esta cansada de perder el tiempo en quien no debe. Dice que le quiere a él. Dice mucho pero solo calla. Y se va apagando. Lo intentan piensa. De nada les sirve. No quiere dar más oportunidades, no quiere que la conozcan. Solo quiere que vuelva quien un día la hizo feliz.

Es indecisa. Es dudosa. Es loca. Pero a él le tenía claro. Ojalá todo lo que les detiene desaparezca tan solo un día. Ojalá se den la oportunidad de ser felices. Ojalá tan solo ojalá se quieran por todas las veces que no lo hicieron, por todos los momentos que se fallaron, por ellos mismos que se lo merecen. Que se merecen su momento y lo saben pero no se atreven. Putos miedos. Putas diferencias. Se separan, cada vez más. Piensan que es la vida, que  no deben, que no son tal para cual. Se confunden, una vez más. Les basta tan solo mirarse para perderse, les basta solo una sonrisa para decir todo lo que sienten, les basta un roce para erizarse por dentro;
                                                                                                  y también por fuera.


             La felicidad no se mide en el tiempo que dura, sino en la intensidad de ese tiempo.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Nuestra canción

Nos conocimos por casualidad hace años, supongo que el destino y tus ganas de hablarme dieron pie a este sentimiento. Han sido unos meses locos, de risas y enfados, pero sobre todo, risas. Supongo que coincidimos en tanto que a veces chocamos. Y no esta mal. No esta mal, porque siempre nos ganan las ganas. Ganas de conocer mundo con una cámara en la mano, ganas de descubrir hasta donde podemos llegar cada día y cada noche, de llamadas que no tienen fin y muchas canciones. Aunque, para canciones "la nuestra". Que bonita suena desde aquel día. Nuestros amigos seguirán intentando que todo vuelva a la "normalidad", tus amigos me preguntarán por que eres tan importante para mi y seguiré respondiendo de la misma manera, mis amigas dirán que no entienden nada y que todo se arreglará. Aunque, solo se arregla si dos quieren y aquí uno falla. Ahora ya nada es igual. Soy un desastre y tú un orgulloso. Aquella noche no perdí, perdimos los dos. Cada uno a su manera, cada uno c

Enséñame a querer

Ya no siento que me ahogo, siento que me pierdo. Que cada vez estoy más lejos de lo que quiero y de quién quiero. Los días pasan lentos, y los recuerdos y sueños retumban por dentro. Que el querer me da miedo. Que siempre hago un plan de escape para mis sentimientos. Que no quiero seguir sintiéndome sola, ya que me he acostumbrado a que eso es lo que merezco. Nunca antes había querido salir de esta jaula. Sin embargo, ahora no veo el momento exacto, pero no sé como hacerlo. Necesito ayuda, enséñame a confiar.

Noche de estrellas, noche de lágrimas

Caminaba hacia la orilla a paso lento. Estaba igual, pero de preciosa. Quizás había crecido un cm o varios, quizás ya no te recuerde.. Ha pasado tanto tiempo. Piensas...Desde que decidiste desaparecer y por primera vez, ella no te buscó.  No estaba sola. Él la seguía. Fueron juegos de niños. Risas por aquí. Un poco de agua por allá. No dudaron en abrazarse fuerte, tanto que les costaba despegarse. Una vez sentados, hablaban, de ellos. Se te paro el mundo cuando él la beso. Tú de espectador, al fondo, como si se tratase de una película. Ya no eras tú el protagonista. Te faltaban las roscas pero, te sobraban las ganas de llorar. Como cuando ves una comedia romántica. De esas que odias. Él la hacía reír y tú parado. Parado como un idiota, viendo que otro esta a su lado. Te falto valor, o más bien sinceridad en su momento. Ahora que la ves feliz intentas volver. Quieres tener eso con ella. Echas de menos su escandalosa risa que tan nervioso te ponía. Esos detalles tan de ella, tan sorpre