Han pasado meses desde que arrasaste mi corazón. Rompiste todo en cuanto pudiste y me hundí en mi propio llanto. Me sentí tan decepcionada. Nadie creía en ti, pero yo puse todo por delante y lo hice. Desde el primer día la sentencia estaba clara. Sin embargo, pase de ser jurado a ser la víctima. Víctima de un amor no correspondido. De un amor hecho de mentiras.
Eras todo aquello que nunca hubiera querido en mi vida. Todo lo bueno y también, todo lo malo. Empezó como un juego, cada uno echaba sus cartas y la suerte parecía estar a favor de ambos. Las cosas se empezaron a torcer cuando el final del verano estaba a la vuelta de la esquina. Preferí echarle la culpa a una estación, que echártela a ti. Que ingenua.
Supongo que mi error fue jugar con lealtad y sinceridad siempre. En cambio, el tuyo más bien era una mezcla de excusas sin sentido y falsas ilusiones. Saliste ileso, y yo enferma. Me enganche a tu juego sin saber que solo existías tú en el.
Y apenas te recuerdo, como la mejor partida que hice y como la peor derrota que pude tener. Por lo que viví, me declare culpable de haber sentido amor en un lugar donde solo existían ruinas. Finalmente, acabe condenada por amor.
Comentarios
Publicar un comentario