Créeme, han intentado evitarlo pero es imposible huir de lo inevitable. Supongo que aquella noche de verano fue así, inevitable que mi vida cambiara y con ella, yo al conocerte. Ahora, las cosas se han intercambiado, ni yo soy tan tuya ni tú tan de mentiras. Los roles han dado un giro y ahora soy yo la que no puede sentir amor. Me mataste por dentro, pero me recompuse. Sobreviví. Aunque no lo niego, me costó meses aceptarlo. De pasar de niña a mujer. Y en cierta parte gracias a ti, por lo bueno y más por lo malo. Me han dicho que te han visto sonreír. Que ella ocupa tu corazón como hace tiempo que nadie lo hacia. Que tus días tienen su nombre y en tu mirada solo se percibe su silueta.
Me han dicho que empiezas el año con ella de la mano. Que por fin dejaste que alguien se quedara a tu lado viéndote dormir. Y aunque las palabras duelan, más duele no haberlo logrado yo. No eras un premio, ni un trofeo, ni mucho menos un regalo. Eras tú y tu complicada forma de estar. Pero nunca del todo, nunca para mi, nunca formando un nosotros.
Sutilmente me han dicho cosas de ti, por si me dolía el ayer, por si no quería un mañana más sin ti. He visto como hay sueños que no se pueden lograr si algo cojea. Si algo esta roto. Y yo reina del caos, no me cansaba de intentar juntar las piezas rotas de lo poco que quedaba de tu corazón. Salí perdiendo, y lo peor o mejor, no sé, es que lo sabía. Pero, no me importaba. Sabes lo cabezota que soy, lo insistente y hasta pesada que llego a ser por lograr algo que quiero. Y yo, te quería a ti. O eso creía. Te quería con tu mal humor, con tu extraña forma de ser, con tus abrazos, con tus idioteces que me hacían reír o enloquecer. Te quería con tus celos que me hacían enfadar. Aunque me di cuenta de que querer no hace daño, no te rompe en dos, no te olvida. No te miente. Yo pensaba que cada vez que volvías era porque seguías sintiendo cariño, pero era una costumbre para ti. Inocente, eso era.
Aguante cosas que nunca antes hubiera echo ni permitido, por el simple hecho de no perderte. Quizás es por eso que ahora no aguanto prácticamente nada. Que ya no siento vacío en el pecho pero tampoco puedo dar amor. Que estuve de luto durante meses. Quise matar lo que sentía pero fuiste tú el que lo fue matando poco a poco. Que perdí tiempo y ahora es imposible recuperar lo. Lo lamentó. Por haberte entregado cada segundo de mis días, de mi vida, de mi corazón y sobretodo que conocieras mis cicatrices desde tan cerquita, porque eso hizo que las abrieras haciéndolas más profundas. Lamento haberte querido y odiado al mismo tiempo. Lamento poner punto y final a una historia que jamás comenzó. Y ya sabes que odio los finales, y más cuando se acaba mal después de tanto amor. Pero que siempre hay una primera vez, y sobre todo lamento que tu hayas sido el primero en muchas ocasiones. Llegue ha replantearme que si todo había sido una mentira mis sentimientos también lo fueron. NO. Sentí, reí, lloré, y ahora te digo adiós.
No espero que pruebes de tu propia medicina, bastantes problemas tienes ya y has soportado. Tan solo espero que no lo vuelvas a hacer, porque nadie se merece vivir con la duda cada día. Sinceramente, contigo aprendí. Me enseñaste a hacer todo por mi misma, y te aseguro que te lo agradezco. Ahora no pido ayuda por nada ni a nadie. Se ha convertido en un defecto tanta virtud que conseguí en su momento. No te guardo rencor ni mucho menos odio. Las cosas sucedieron así porque así lo decidimos. Tú a tu asquerosa manera, y yo a la inocente mía. Pudimos pararlo pero dejábamos siempre los puntos suspensivos en cada "adiós". Por si volvías, por si aun te quería. Pero ya no. Hace meses que deje de hacerlo. No se en que momento exacto fue, si cuando te veía coquetear con alguna amiga mía, o saliendo con alguna chica. Pero sí se el momento exacto en el que me di cuenta que ya no te quería, y probablemente fue la vez que dejaste tus cicatrices abiertas para mi. Fue el día que me di cuenta de que tenías más miedos de lo que creía. Aquella noche, la última entre nosotros dos. Y seguramente, la noche más esperada por ambos. Cuesta aceptar que de los errores se aprende. Y tú fuiste uno de los mayores errores que he cometido. Perder no siempre es fracasar, a veces se gana. Y yo me gane a mi misma. Sin embargo, no te niego que entre tanta oscuridad veía un futuro claro contigo, entre el miedo y la distancia, el sentimiento por ti era mayor. Pero no importa lo grande que pueda ser un sentimiento, cuando este es ocultado a la otra persona o ella no quiere sentirlo. Que pena que haya sido justamente yo la que conociera lo mejor de ti y también lo peor. Me has dado de que escribir pero se acabó. Como acabo lo bueno y lo malo, como viven y mueren los sentimientos. Se acabó.
Espero de verdad que esta ves si te des la oportunidad de querer y sobre todo que quieras hacerlo, porque te aseguro que no hay nada más bonito que pillarte sonriendo a alguien que te importa de verdad. Ojalá seas tan feliz este año que no tengas que volver al pasado, ni al anterior. Ni para coger aire, ni para encararte. Ni si quiera para recordar me. Y tan solo ojalá, nunca volvamos a vernos. Y bueno, si en algún momento nos vemos, por las vueltas de la vida. Te sonreiré, porque hay errores que marcan un antes y un después. Y tú, lo hiciste.
PD: Sé que esto lo leerás y se te pasaran mil cosas por la cabeza, pensarás que en otras me equivoque pero así lo viví yo. Aunque espero que ningún recuerdo, palabra, olor, ni absolutamente nada que tenga que ver conmigo, te pase por el corazón. Así seguiremos avanzando. Tú por tu camino y yo por el mío.
Me han dicho que empiezas el año con ella de la mano. Que por fin dejaste que alguien se quedara a tu lado viéndote dormir. Y aunque las palabras duelan, más duele no haberlo logrado yo. No eras un premio, ni un trofeo, ni mucho menos un regalo. Eras tú y tu complicada forma de estar. Pero nunca del todo, nunca para mi, nunca formando un nosotros.
Sutilmente me han dicho cosas de ti, por si me dolía el ayer, por si no quería un mañana más sin ti. He visto como hay sueños que no se pueden lograr si algo cojea. Si algo esta roto. Y yo reina del caos, no me cansaba de intentar juntar las piezas rotas de lo poco que quedaba de tu corazón. Salí perdiendo, y lo peor o mejor, no sé, es que lo sabía. Pero, no me importaba. Sabes lo cabezota que soy, lo insistente y hasta pesada que llego a ser por lograr algo que quiero. Y yo, te quería a ti. O eso creía. Te quería con tu mal humor, con tu extraña forma de ser, con tus abrazos, con tus idioteces que me hacían reír o enloquecer. Te quería con tus celos que me hacían enfadar. Aunque me di cuenta de que querer no hace daño, no te rompe en dos, no te olvida. No te miente. Yo pensaba que cada vez que volvías era porque seguías sintiendo cariño, pero era una costumbre para ti. Inocente, eso era.
Aguante cosas que nunca antes hubiera echo ni permitido, por el simple hecho de no perderte. Quizás es por eso que ahora no aguanto prácticamente nada. Que ya no siento vacío en el pecho pero tampoco puedo dar amor. Que estuve de luto durante meses. Quise matar lo que sentía pero fuiste tú el que lo fue matando poco a poco. Que perdí tiempo y ahora es imposible recuperar lo. Lo lamentó. Por haberte entregado cada segundo de mis días, de mi vida, de mi corazón y sobretodo que conocieras mis cicatrices desde tan cerquita, porque eso hizo que las abrieras haciéndolas más profundas. Lamento haberte querido y odiado al mismo tiempo. Lamento poner punto y final a una historia que jamás comenzó. Y ya sabes que odio los finales, y más cuando se acaba mal después de tanto amor. Pero que siempre hay una primera vez, y sobre todo lamento que tu hayas sido el primero en muchas ocasiones. Llegue ha replantearme que si todo había sido una mentira mis sentimientos también lo fueron. NO. Sentí, reí, lloré, y ahora te digo adiós.
No espero que pruebes de tu propia medicina, bastantes problemas tienes ya y has soportado. Tan solo espero que no lo vuelvas a hacer, porque nadie se merece vivir con la duda cada día. Sinceramente, contigo aprendí. Me enseñaste a hacer todo por mi misma, y te aseguro que te lo agradezco. Ahora no pido ayuda por nada ni a nadie. Se ha convertido en un defecto tanta virtud que conseguí en su momento. No te guardo rencor ni mucho menos odio. Las cosas sucedieron así porque así lo decidimos. Tú a tu asquerosa manera, y yo a la inocente mía. Pudimos pararlo pero dejábamos siempre los puntos suspensivos en cada "adiós". Por si volvías, por si aun te quería. Pero ya no. Hace meses que deje de hacerlo. No se en que momento exacto fue, si cuando te veía coquetear con alguna amiga mía, o saliendo con alguna chica. Pero sí se el momento exacto en el que me di cuenta que ya no te quería, y probablemente fue la vez que dejaste tus cicatrices abiertas para mi. Fue el día que me di cuenta de que tenías más miedos de lo que creía. Aquella noche, la última entre nosotros dos. Y seguramente, la noche más esperada por ambos. Cuesta aceptar que de los errores se aprende. Y tú fuiste uno de los mayores errores que he cometido. Perder no siempre es fracasar, a veces se gana. Y yo me gane a mi misma. Sin embargo, no te niego que entre tanta oscuridad veía un futuro claro contigo, entre el miedo y la distancia, el sentimiento por ti era mayor. Pero no importa lo grande que pueda ser un sentimiento, cuando este es ocultado a la otra persona o ella no quiere sentirlo. Que pena que haya sido justamente yo la que conociera lo mejor de ti y también lo peor. Me has dado de que escribir pero se acabó. Como acabo lo bueno y lo malo, como viven y mueren los sentimientos. Se acabó.
Espero de verdad que esta ves si te des la oportunidad de querer y sobre todo que quieras hacerlo, porque te aseguro que no hay nada más bonito que pillarte sonriendo a alguien que te importa de verdad. Ojalá seas tan feliz este año que no tengas que volver al pasado, ni al anterior. Ni para coger aire, ni para encararte. Ni si quiera para recordar me. Y tan solo ojalá, nunca volvamos a vernos. Y bueno, si en algún momento nos vemos, por las vueltas de la vida. Te sonreiré, porque hay errores que marcan un antes y un después. Y tú, lo hiciste.
PD: Sé que esto lo leerás y se te pasaran mil cosas por la cabeza, pensarás que en otras me equivoque pero así lo viví yo. Aunque espero que ningún recuerdo, palabra, olor, ni absolutamente nada que tenga que ver conmigo, te pase por el corazón. Así seguiremos avanzando. Tú por tu camino y yo por el mío.
Comentarios
Publicar un comentario