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Tiempo pedía el destino

Esta es la historia de dos personas diferentes pero iguales, iguales pero diferentes, tan tranquilas por fuera, tan terremotos por dentro, tan arriba como abajo, tan abajo como arriba,que se conocieron. Y todo cambio, al menos para ella. Cada uno fascinado con el otro, sonrisas hasta en los peores momentos se sacaban, risas nerviosas que parecían no tener fin y palabras que dejaban fluir sentimientos. Se reconstruían cuando lo necesitaban y creció el amor. Amor por Sabina, amor por la escritura. Amor entre ellos. Lo empezaron a construir, pero lo dejaron a medias. Muy complicado todo, muy difícil, motivos de distancia que se interponían entre las ganas de besarse, de verse, de sentirse uno del otro. Ganas que a cada palabra del otro aumentaban más. Lo intentaron, hubo un tiempo que todo caminaba, despacito pero caminaba. Respiraban esperanza y eso se notaba. Supongo que acabaron cansados de la situación y se dejaron llevar creyendo que todo era injusto, que la vida lo era. ¿Cómo es posible conocer a alguien así y que sin ser tuyo ya te lo arrebaten? Dejaron de luchar en contra del destino y cada uno siguió su propio camino pensando que quizás no estaban echos para estar juntos. A veces hablaban de lo injusto que era todo, formando una pequeña guerra contra el destino. De repente el destino les sorprende, puede que no sean los mismos, puede que cada uno tengas sus monstruos pero coincidían en lo más importante, los sentimientos que tenían el uno por el otro seguían ahí. Quizás uno de los dos sentía más que el otro, pero bastaba solo con que existieran para hacer lo posible. Tuvieron que aprender a tapar y callar todo lo que sentían porque ya de por sí no era justo. No era justo sincerarse sin poder hacer nada. La vida solo les decía que no era el momento pero lo que ellos no sabían es que con el tiempo lo tendrían.. Tendían su momento y la vida les recompensaría de la forma más hermosa. Solo había que esperar, esperar al aquí y ahora. Siguen la misma mierda de km entre ellos pero hay cosas que han cambiado, ya no son tan "críos". Y aunque les acojone hablar de amor ambos son tan buenos escribiendo que se lo dicen todo y solo les basta el silencio. Aquella madrugada ella, se dio cuenta de que todos sus bombardeos por dentro dejaban de explotar, sintió al fin la paz. Esa tranquilidad de estar con él la hacía sentirse doblemente segura. Ella no tenía miedo, no estaba nerviosa, estaba siendo ella misma. Así fue como ella se encontró, besando lo a él, de la mano, en frente del mar. Aquella noche se alejaron de todo.. sus latidos se aceleraban y nada sonaba mejor que ellos dos, juntos.





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